El Precursor
Howard Jackson, un inmigrante procedente de Liberia –África occidental-, logró matricularse en Derecho tras una década ganándose la vida como modesto vendedor de pañuelos de papel. Para ello viste con todo tipo de disfraces llamativos –pastora, hada, geisha, El Zorro…- con los que desde luego no pasa desapercibido.
El liberiano tuvo que huir a los 16 años de su país ya que se encontraba en una guerra en la que perdió a toda su familia. Una vez aquí trató de sobrevivir realizando diversos trabajos como jornalero en los campos de Jaén o vendedor de revistas de colectivos marginales. Lleva muchos años en Sevilla tratando de arrancar una sonrisa y con suerte una venta a los conductores con los disfraces más pintorescos: pastora, monja, cleopatra…
Tras mucho esfuerzo, a los 35 años ha conseguido reunir los fondos para matricularse en dos asignaturas en la UNED, lo único que su economía le permitía. Estudia por la tardes para algún día llegar a conseguir lo que él más ansía: terminar la carrera de Derecho y acabar convirtiéndose juez. Actualmente busca un buen samaritano que le ayude a financiarse la carrera universitaria y los libros. Así podrá cumplir su sueño y el de su fallecido padre.
Reúne sobre 200 trajes diferentes y es muy conocido en Sevilla dado que trata de ganarse la vida en la Plaza de Armas todos los días del año. Para ello tiene que soportar desde la lluvia hasta los 40 grados que puede alcanzar en verano la capital andaluza. Carece de papeles puesto que el Estado no le cedió la ciudadanía española. Esto le supone un gran problema porque tampoco tiene la nacionalidad liberiana.