Desde que surgió hace unos años la yogomanía y con ella el exhibicionismo banal del postureo y el alardeamiento de la flexibilidad, no son pocos los que siguen un "yoga" fitness que no es yoga y no son muchos los que conectan con las raíces del verdadero yoga y beben en sus fuentes y en las mismas se inspiran. Es deplorable que el que ha sido el sistema ascético más venerable del mundo, en palabras del gran psicólogo William James, haya terminado para muchos por convertirse en una exótica gimnasia sin ninguna mira espiritual.
El yoga es básicamente una técnica espiritual y un método de transformación, mediante el cual el practicante trabaja sobre todas las esferas de su persona (instintiva, motriz, mental, emocional) para ir logrando la evolución consciente y poder afrontar la vida con una actitud basada en la lucidez, la ecuanimidad, el sosiego y la compasión.