Hace ahora dos años, Ramiro Calle, el introductor y gran divulgador del yoga en España, vivió una experiencia insólita. En cuestión de horas pasó de la más apacible rutina a estar al borde de la muerte a causa de una extraña infección. Una bacteria contraída en su último viaje a Sri Lanka provocó una infección en su cerebro que desconcertó a los médicos; la enfermedad le dejó sumido en estado de coma que le produciría, a juicio de sus cuidadores, una muerte cierta e inevitable.
Donde meditan los árboles, publicado por la editorial Arcopress, es un libro fruto de lo ocurrido a Ramiro Calle. En este libro el autor, junto a Víctor M. Flores, reputado experto en hatha-yoga, recoge las consecuencias en el plano personal y espiritual de la citada experiencia. El pasar de la vida a la muerte fue un milagro, según su neurólogo.
En este ensayo ambos autores meditan en voz alta sobre la esencia del yoga y de la vida, desgranan multitud de enseñanzas que revelan al lector aspectos trascendentales de nuestra existencia y, en especial, enuncian los valores y conductas que pueden conducirnos a la paz de ánimo y a la verdadera felicidad.
Según los autores la técnica que se debe emplear para llegar a buen puerto el dominio de la mente es el yoga, y el hatha-yoga que consiste en la contorsión en posturas cuyo condicionamiento requiere de una gran fuerza de voluntad, ya sea por la fuerza empleada, la disciplina o incluso a veces por el dolor que supone adquirir laxitudes mayores. El hatha-yoga no sólo mejora de forma inmediata dolencias o corrige males de espalda, ciáticas o lesiones, sino que provee de toda una batería de certidumbres y de un significado profundo de la realidad.
Su práctica, de hecho, según comenta Víctor M. Flores, "busca alterar nuestra consciencia hasta tener un encuentro con el arrebato místico (el estado de meditación), un estado de trascendencia y contento reservado para el practicante disciplinado y entregado a su práctica".