domingo, 30 de agosto de 2015

ELUCUBRACIONES Y FRUSTRACIÓN. Ramiro Calle



   Con mucho cariño me escribe Sri  Krishna Kaur, para enviarme el video  de un programa de televisión en el  que intervine hace muchos años junto  a otras personas interesadas en la  Búsqueda espiritual. Abordamos el  tema de la era Acuario,  ensoñación  que encendió en muchas personas  infinitas expectativas, luego frustradas  y que provocaron amarga decepción  en la gran mayoría de los buscadores  espirituales serios.  Se estimaba que  un cambio de era traería un cambio  real de consciencia, otra manera de  ver las cosas y un mundo realmente mejor, basado en la lucidez, la compasión, la solidaridad, la ampliación de la consciencia, el entendimiento claro y la acción cooperante. Yo nunca me he sentido en esa dirección nada frustrado, debo confesarlo, toda vez que jamás creí que fuera a darse un cambio de consciencia a nivel planetario y tenía la certeza, y la tengo, de que el cambio debe ser individual y de que no hay que perderse en autoengaños, falsas ilusiones o perturbadoras elucubraciones, esperando un mundo mejor que vendrá por sí solo  sin que cambie la mente del ser humano.

Si la mente del ser humano no cambia y continuamos realimentando la ofuscación, la avidez y el odio, ¿qué puede cambiar? ¿Qué tipo de reformas podemos esperar del reformador si no reforma su mente? ¿Y del revolucionario si no revoluciona su consciencia? Ya no hablemos de los políticos, que no suelen ser gente de fiar. Todo el fenómeno de la era Acuario, tan manoseado, dió lugar al lado más oscuro de la denominada Nueva Era, donde solo impera la fenomenología oculta, el anhelo de cambios que se producan facilmente sea porque otro nos otorga su "gracia" o el universo nos conceda ese don si se lo solicitamos. Han fallado el esfuerzo personal, la motivacción, la mente clara, el afán bien encaminado; han predominado el amor por lo "milagrero", la falta de consistencia y la ausencia  de paciencia y energía. Se han impuesto la superstición, la holgazanería, la mentira sistemática de los que utilizan el discurso pseudocientífico para embaucar y la idea falsa de que hay atajos para llegar al cielo. No todo lo podía hacer un cambio de era; eso era absurdo, una ensoñación inmadura e infantil. La mutación psicológica es una labor de gran envergadura y que cada uno debe llevar a cabo por sí mismo. La era Acuario ha traído más guerras, más violencia, más explotación, más desigualdad, más ensañamiento con los animales, más denigración, más avaricia y odio, Sí, han florecido más buscadores espirituales, pero tienen humildemente que hacer su trabajo sobre sí mismos y comprendiendo que cada uno debe encender su lámpara interior. Muchos se creyeron el canto de las sirenas de la era Acuario, pensaron que todo vendría dado sin esfuerzo, que la comprensión florecería por sí sola y todo sería jauga. Autoengaño sobre autoengaño, comol el que piensa que sin hacer nada podemos mejorarnos o que otro puede liberarse por nosotros. Confío plenamente en la enseñanza de los Grandes maestros de la mente realizada, pero ellos señalan la ruta y uno mismo tiene que recorrerla. Sería un gran contrasentido que lo que un monje zen o un yogui consiguen espiritalmente en treinta años otra persona lo pudiera conseguir con facilidd y ningún merecimiento. Por eso no creo en el neovedanta ni en los neoyogas o neotantras, que prometen el paraíso sin habérselo gaando. Al fin y al cabo, Buda ya avisó: "Tú eres tu propio refugio, ¿qué otro refugio puede haber?" La era Acuario no es la que nos cambia por su mágica venida; es la que florece en el corazón cuando uno elimina las corrupciones de la mente y considera que todas las criaturas vivientes forman parte de su familia. Como idea la era Acuario ha sido un manifiesto y deplorable feracaso, igual que este que llamamos mundo civilizado. ¿Hasta cuando vamos a ceer en cuentos en lugar de trabajar sobre nosotros para dejar de ser homoanimales y convertirnos en verdaderos seres humanos?. Comparto con vosotros el programa de hace tantos años. Sigo pensando, como entonces, que una persona sin la Enseñanza (el Dh<arma) es nada.
Ramiro Calle

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