domingo, 9 de febrero de 2014

Juan Carlos Monedero en la presentación de #gentedecente en Alicante. Rafael Rodríguez Mejías

"Hemos descubierto a través de la neurociencia, que Descartes no tenía razón. Antonio Damasio, un neurobiólogo muy importante, escribió un libro hace unos años llamado El Error de Descartes, porque no es 'pienso, luego existo'. Es verdad que en el neocórtex, que es la parte más externa, más nuestra de los homosapiens en nuestro cerebro, es donde procesamos muchos de los elementos, pero no se pone nunca en marcha el neocórtex, sin pasar antes por el hipotálamo, que es nuestro cerebro más antiguo. Fíjense ustedes que las pasiones, las tenemos ancladas en nuestra parte más primitiva en términos evolutivos del cerebro. ¿Por qué? porque las pasiones se guían por la reciprocidad, y la reciprocidad es la clave de la vida social. Las pasiones, cualquiera de las pasiones, es 'Si tú me lo das, yo te lo hago. Y si tú no me lo haces, yo no te lo hago'. Y fíjense que son claves muy fuertes, muy "Sheakspirianas", de celos, de venganza, de rabia, de emoción, que nos construyen como grupo.

Hoy sabemos que no hay ningún tipo de razonamiento que no sea antes una emoción, y eso nos lanza un mensaje muy muy importante. Nos lanza el mensaje de que si no somos capaces de emocionar, no vamos a ser capaces de frenar esa oferta de un escaparate infinito que nos hace el capitalismo. Se nos ha caído el partido, se nos ha caído el sindicato, se nos ha caído la iglesia, se nos ha caído una casa popular, ¿qué pasa que solamente queda en pie el centro comercial? Es decir, que caídas las ideologías, la familia, la religión, la nación, caído todo eso, lo que nos queda solamente ¿qué es? ¿consumir?... ¿como único objetivo vital?

Pero fíjense, lo que les decía antes del pecado de la omnipotencia, tú como consumidor puedes ser dueño del mundo, si tú tienes dinero lo puedes comprar todo, y de repente te enloqueces. Que una persona quiera ser dueña del mundo, esa persona estaría loca, pero si son muchos los que tienen ese sueño en la cabeza... es la sociedad la que está loca, la que está enferma. Para salir de ese sueño consumista, tenemos que ofrecer una emoción más poderosa. Y fíjense, desde tiempos inmemoriales, hemos apostado por tres cosas que son más grandes que nosotros mismos, y que por eso nos orientan. Una es la verdad frente a la mentira, la mentira tiene las patas cortas, y la verdad en cambio nos da alas. Hay gente dispuesta a morir por la verdad. La otra es -fíjense ustedes- la belleza. La belleza también nos multiplica cuando ves un paisaje hermoso, escuchas una música, lees un poema, de repente nuestro 'yo' desaparece y se funde en algo que es más grande que nosotros, en cambio, la fealdad siempre es un recuerdo de la muerte. Y por último, transformar la bondad. Yo lo aprendí con Hegel, Hegel dice que amar es dejar de ser, para ser más. ¡Qué listo era! Amar es dejar de ser -no desaparecer- pero dejar de ser para ser más, y cuando tú amas, es que nunca te acabas, nunca te acabas..."

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