sábado, 28 de septiembre de 2013

UNA ATROCIDAD CONVERTIDA EN "PATRIMONIO CULTURAL", por Ramiro Calle

        
Con indignación y dolor, recibo la noticia de que algo tan aberrante para mí como es una corrida de toros se va a declarar "patrimonio cultural". ¡A qué grado de insensibilidad uno puede llegar! ¡Encontrar diversión en someter a animales a una agonía atroz!. He escrito mucho a favor de los animales y de que hay que respetarlos y que me parece terrible que por diversión se les haga daño. Me parece injustificable y me hace recordar las palabras del sabio hindú que declaró: "El dudoso privilegio de haber adquirido un cerebro humano". Un país tambien demuestra su sensibilidad colectiva y su grado de evolución cuanto más se respeta en el mismo a los animales. Si se empieza por considerar las corridas de toros como "patrimonio cultural", ¿cómo luego la gente, viendo cómo se somete así a un martirio horrible a un animal inocente, va a tener consciencia de que los animales son como nosotros y merecen todo el respeto? . Merece la pena recordar la canción de Roberto Carlos titulada "me gustaría ser civilizado como los animales"?.

Ya Freud, que amaba profundamente a sus dos chow chow (que los tenía siempre en el gabinete de consulta) dijo que los animales son mucho más nobles que las personas y en un caso tan terrible como el que comentamos, no puede a uno dejar de asaltarle la célebre frase de Bernad Saw de "cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro".

Que un gobierno apoye una iniciativa así me parece un canto a la agresividad y la violencia contra nuestros hermanos los animales, a los que tanto les debemos. No se apoya a la industria cienematográfica, ni a los escritores y artistas en general, y, sin embargo se convierte en "patrimonio cultural" un espectáculo que congrega a un buen número de personas para contemplar cómo el toro experimenta terror, sufre lo indecible y sus ojos se llenan de lágrimas como los de cualquier humano.

Y, para colmo, se alega que da buenas sumas de dinero (a unos pocos, los de siempre) y es un reclamo para turistas. A veces no es facil, no, mantener la ecuanimidad. Si el ser humano de hace trecientos mil años levantase la cabeza se quedaría espantado al comprobar lo poco que humanamente hemos evolucionado.

Ramiro Calle

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