Mi nombre es Cristina.

La primera vez que entré en una galería de arte fue de la mano de mi padre y tenía 10 años. Al entrar, el mundo tomó un nuevo sentido para mí y tomé consciencia de una nueva realidad de formas, colores, texturas y sensaciones de las que el ser humano es el creador.

A partir de entonces mi vinculación con el arte plástico fue aumentando mientras oía conversaciones médicas en la familia por la profesión de mi padre, mis tíos y más tarde, de mi hermano. Estos han sido mis dos mundos. Los que he investigado, estudiado y sobre todo, vivido.

Estudié Historia del Arte a la vez que asistía a clases de dibujo y pintura. Terminada la carrera, la inquietud por aprender me llevó a otros estudios como restauradora de madera, cursos de doctorado…hasta que decidí integrar medicina y arte.

Cursé en la Universidad Complutense de Madrid el programa de Doctorado, Aplicaciones del arte para la Integración Social y obtuve el Diploma de Estudios Avanzados. Mi curiosidad e interés por unir Arte y Salud se ha ido acrecentado con el tiempo, entendiendo que uno de los fines más nobles del arte es ayudar a la recuperación de la salud y por ello, he realizado otros cursos como Educación para la Salud Mental, Experto en Psicoterapia Dinámica(Departamento psiquiatría U.S) y recientemente, el Máster de Arteterapia y aplicaciones para el diálogo y la Integración social de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. He podido poner en práctica esta formación trabajando con un grupo de personas disminuidas psíquicas en la Asociación Ajudisle (Lebrija), en la Asociación de Ayuda a la Depresión, Ansiedad y Soledad (ADAS, Sevilla) y en la Residencia de Salud Mental Nuestra Señora del Carmen (Bormujos), en la que sigo actualmente.

Cuando conocí a Luis Camino (músico), además de estabilizar mi vida emocional y personal, surgió naturalmente la idea de organizar talleres conjuntos debido a nuestras profesiones y a la necesidad de trabajar en lo que realmente nos llena: Utilizar las dos disciplinas, música y arteterapia, para acompañar y enriquecer los procesos terapéuticos y el crecimiento interior.

Una de mis frases favoritas es: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” (Confucio).